No hemos inventado nada ni somos los únicos, desde Demóstenes está todo escrito. Pero en todo este tiempo hemos dedicado tanto tiempo a ganar por superioridad, a conquistar al que nos escucha, que se nos ha olvidado convencer y seducir.
Nadie está enseñando a nuestra sociedad a ser portavoces de sí mismos, desde la infancia. Como consecuencia nuestros niños no saben defender una idea con argumentos, y si no la defienden ellos otros les impondrán la suya. Estos niños crecen transformándose en adultos y nos encontramos con directivos, que saben contar pero no contarlo, con organizaciones sociales que son representadas por personas que se aterran ante un micrófono o un escenario, con ciudadanos sumisos por falta de recursos para hacer valer su opinión, y con nuestros políticos. Ay, nuestros políticos.
Para qué Altavox
Resulta muy habitual dedicar todos los esfuerzos a desarrollar nuestra idea, a dar forma a un proyecto, a emprender, y llegar al final del proceso sin recursos apenas para dar el último paso: contarle a los demás de qué va eso a lo que hemos dedicado tanto tiempo y dinero, eso que nos apasiona. Y si no lo contamos ¿de qué ha servido todo lo anterior?
¿Emprenderíamos un proyecto sin conocer a quién beneficiaría? ¿Lanzaríamos un producto o servicio sin haber medido los costes o calculado los beneficios posibles? ¿Defenderíamos una causa sin creer nosotros en ella?
Entonces, después de tanto esfuerzo ¿por qué abandonamos en el paso más importante? Nuestra causa o proyecto solo tendrá éxito si logramos que aquel a quien transmitimos perciba nuestra idea tal y como nosotros imaginábamos.
Altavox no construye una idea, no desarrolla tus proyectos, no vende un producto. Para eso estás tú.
Altavox lo que hace es empoderarte a ti y a tu organización para que lo hagáis y contéis mejor que nadie.
Cómo
Si crees que Altavox va a enseñarte a hacer presentaciones estás equivocado. No confundas nunca un cañón con un martillo. Si crees que acudirás a un taller del que salgas luego diciendo ¡qué bueno este ponente!, o ¡qué entretenido ha sido! ahórrate el dinero y el tiempo. Si quieres recuperar tu entusiasmo, confiar en ti mismo, no tener miedo a jugar para ser tú luego la persona de la que digan ¡este tipo es brillante!, entonces sí, llámanos. Altavox puede ayudarte.
En Altavox no estandarizamos contenidos. Cada cliente es único. Estudiamos tu perfil, tu estilo, tus valores y/o tu producto y nos adaptamos a ellos. Nos adaptamos a ti, en constante creatividad.
Somos coherentes: lo que te pedimos a ti lo hacemos nosotros. Tú eres nuestro proyecto.
Algunas de las formas en las que podemos ayudarte
Formar a tus portavoces es necesario. Hace falta que exista alguien que dé la cara representando a la empresa u organización. Que no le aterre presentar en una convención, hablar ante un micrófono o cámara o dar una conferencia.
Pero ojo, no te confundas, en momentos de crisis, toda la organización se convierte en portavoz. Todos ellos deben saber manejarse ante una situación compleja. Eso favorece a la organización y hace crecer al socio, trabajador o voluntario. Todos ellos deben saber hablar en público.
Lo que cualquiera de ellos diga, compromete al conjunto. Hace falta tener claro qué se dice, quién lo dice y cómo lo hace, es lo que se viene a llamar comunicación de crisis.
Para ello te ayudamos a con unos documentos breves de preguntas y respuestas, elaboración de Q&A´s, que recojan lo principal de lo que queréis contar y de lo que os pueden preguntar. Mejor siempre ir preparado.
Tu trabajo te obliga a estar siempre ante audiencias diversas, exponiendo resultados, mostrando tu visión. Y aunque no se te da mal, sabes que podrías ser mucho mejor. Y eso te haría jugar en otra liga. Juguemos pues, haremos “coaching”. Nos sentaremos contigo y te acompañaremos en tu día a día, te conoceremos bien, y solo entonces trabajaremos con tu propio estilo, con tu personalidad, con tu pasión. El tiempo que necesites hasta que no nos necesites más.
No hay nada como contar una historia para abrir puertas. De hecho, lo hacemos siempre, nosotros somos nuestra propia historia. Cuando conocemos a alguien nuevo, le contamos quienes somos. Aprende a hacer lo mismo con tu idea, con tu proyecto, storytelling.
Eres un emprendedor. Necesitas financiación para un proyecto que es el sueño de tu vida. Tantas horas dedicadas, pero falta alguien que apueste con la inversión adecuada. Llegar hasta él cuesta mucho, como para perderlo todo en apenas un par de minutos de su tiempo. Eso es lo que se llama el discurso del ascensor o elevator pitch.